Esta semana nuestro colaborador Daniel Iglesias nos trae la reseña del primer disco de The Ferrymen, a continuación puedes leer su punto de vista.
Nos encontramos ante el nuevo proyecto del prolífico genio sueco Magnus Karlsson, presentándonos esta vez una nueva formación para su nueva andadura musical, compuesta de músicos de reputada fama, como el caso del vocalista de Lords of Black, Ronnie Romero y del gran batería Mike Terrana.
Teniendo en cuenta los compañeros de viaje que le acompañan, unidos a su talento uno se puede hacer una idea de lo que más o menos se puede encontrar en un trabajo suyo, composiciones magnificas repletas de calidad, pero bajo mi punto de vista y como desgranaré a continuación, no todo dentro del álbum son luces, sino que encontraremos también alguna sombra.
Además de una gran producción, cabe destacar la magnífica portada que acompaña a este disco.
Lo que aquí podemos encontrar son doce temas de metal melódico, con tintes épicos en alguna ocasión, los cuales han sido todos escritos por el señor Karlsson.
El trabajo se abre con “End of the road”, donde ya podemos apreciar la calidad de este trabajo, un tema muy cañero para iniciar la escucha del álbum, toques muy power metal que nos dejan un muy buen sabor de boca, un muy buen inicio.
“Ferrymen” es la siguiente en aparecer, la batería marca el ritmo del tema con un doble bombo que atruena como una apisonadora, toques oscuros, y un tema en el que ya podemos empezar a apreciar los solos a los que el guitarrista sueco nos tiene acostumbrados, solos larguísimos que nos dejan con la boca abierta.
“Fool you all” es un tema muy hard rock, en el que la voz de Romero se desenvuelve como pez en el agua, aquí nos muestra la gran cantidad de registros que es capaz de ofrecernos con su magistral voz, muy buenas melodías para acompañar la labor vocal, en uno de los mejores temas del disco.
Dejamos el protagonismo a los teclados en “Still standing up”, de nuevo nos envuelven en unas sonoridades muy próximas al power metal. Canción muy dinámica y rápida en la que la voz de Ronnie reluce de manera extraordinaria, no hay que olvidar que nos encontramos ante uno de los vocalistas internacionales mas reconocidos fuera de nuestras fronteras.
Un estribillo muy marcado y coreable es lo más destacado del siguiente tema en aparecer, “Cry Wolf” sin dejar de lado de nuevo unos riffs de guitarra de nuevo muy entonados.
La balada del disco nos llega con “One heart”, unos toques powermetaleros adornan el tema, unas cálidas melodías hacen de el una autentica joya, y de nuevo cabe destacar que los teclados hacen que todo fluya mucho mejor, haciendo de este tema uno de los más elaborados.
Seguimos con el ritmo lento en “Darkest hour”, mucha épica nos acompaña a lo largo del tema, melodía muy pegadiza y una labor a las guitarras técnicamente muy difícil de superar.
A partir de aquí, y es algo en lo que ya he coincidido con bastantes personas que han escuchado este trabajo en su totalidad, me parece que el disco pega un bajón importante, dejando paso a composiciones que nos suenan repetitivas, y que ya no nos sorprenden tanto como lo anteriormente escuchado, es una pena que ocurra esto por que lo escuchado hasta ahora me estaba dejando un sabor de boca muy bueno, y esta parte final en la que todo suena similar, aunque algunos puedan verlo como algo bueno, a mi me parece que tienen mucho más que ofrecer, que lo que nos dan a partir de aquí.
Hecho este breve inciso prosigo con el siguiente tema “How the store ends”, inicio sinfónico, en un tema que me hace recordar la época de los discos de Allen/Lande, perfectamente podría haber sido sacado de uno de esos trabajos, por eso como comentaba anteriormente es por lo que parece que a partir de aquí las ideas ya no estaban tan frescas como al principio.
“Enter your dream” y “Eyes of the sky”, parecen cortadas por el mismo patrón, son dos canciones muy melódicas ambas ellas, en las que los cambios de ritmo se suceden constantemente, marcados sobre todo por las guitarras y esa forma tan característica de tocar la bateria por parte de Terrana.
En la línea de “One heart” encontramos el siguiente tema “Eternal night”, aunque de nuevo nos vuelve a ocurrir lo mismo, no llega a sonar tan impresionante como la primera, y es por eso que no nos sorprende, no es para nada un mal tema pero no tiene el gancho de su predecesora.
Para terminar nos dejan un tema que podrían haber incluido en esa primera parte del disco, un tema en el que parecen recobrar la frescura, unas guitarras que son de las mejores que podemos encontrar a lo largo de este redondo, una canción que nos deja un buen sabor de boca para terminar la escucha.
En definitiva un disco que nos deja con unas impresiones algo encontradas, debido sobre todo al bajón que pegan sus composiciones a partir del octavo corte.
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